La inmigración como resorte de la oligarquía económica

Antes de nada, sé que ésto puede malinterpretarse como que me opongo a la inmigración, cuando no es así. Aclaro que me opongo al fin por el que la patronal la utiliza. Dicho ésto comenzamos:

La política de inmigración es una herramienta de reducción de salarios e incremento de plusvalías  es decir, como herramienta de ajuste económico liberal.

Inmigración masiva como instrumento de ajuste económicoLa inmigración es un instrumento de ajuste económico liberal que impone la oligarquía económica. De hecho, las patronales del gran capital de los distintos estados europeos no se han manifestado nunca contra el inmigracionismo.

La entrada de nuevos trabajadores a un mercado de trabajo de por sí saturado incrementa el ejército industrial de reserva, lo cual es sinónimo de bajada de salarios y de empeoramiento de las condiciones laborales y, con esto, de auge de los beneficios empresariales. La afluencia de inmigrantes tiene el efecto de abaratar la mano de obra, dado el aumento en la oferta del factor fuerza de trabajo y el consiguiente descenso de su precio, el salario. Esta merma salarial afecta especialmente a los trabajadores menos cualificados. Es algo lógico: si hay más trabajadores para un número similar de puestos de trabajo las exigencias salariales de los trabajadores decrecen, algo que se agudiza si los nuevos trabajadores proceden de lugares con un bajo nivel salarial medio y con escasa cultura obrera y sindical (relacionado con lo anterior). También es necesario destacar que, frente al discurso dominante, hay una relación estadística positiva entre inmigración y desempleo, lo que concuerda con la lógica más elemental. A pesar de todo, los capitalistas, conocedores de ésto, se niegan a reconocer  que usan la inmigración como instrumento de ajuste liberal y lo disfrazan de falso humanismo. Pero es obvia la contradicción en la que incurren: Se dice a veces que la inmigración es indispensable para la economía. Es verdad en parte. De cualquier modo, una afirmación semejante equivale a decir que los imperativos económicos deben ser tenidos por prioritarios con respecto al bienestar del inmigrante o del autóctono, lo que dista mucho de ser cierto. Estamos de nuevo ante una cuestión de preferencias. Por otra parte, hoy la fórmula “indispensable para la economía” significa “indispensable para mantener el margen de beneficio de las grandes empresas”.
    
Es tan cierto que la inmigración masiva es un instrumento empresarial que incluso desde la izquierda (y me incluyo)  no hemos tenido más remedio que reconocer que es así. El secretario general de la Federación Agroalimentaria de UGT-Andalucía ha constatado una relación directa entre inmigración cuando la patronal la usa en su beneficio y reducción de salarios y empeoramiento de condiciones laborales.

Acabo con una reflexión: No es viable seguir acogiendo inmigrantes sin acabar primero con el sistema capitalista que los explotará por igual, y menos aún cuando son un medio para sus fines. Una vez derrocado el capitalismo, podremos ocuparnos de darles el trato que se merecen y hacer honor al lema "trabajadores del mundo, uníos".

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